Un punto imprescindible en cualquier programación y unidad didáctica es la evaluación de la propia práctica docente y de nuestra propuesta. ¿Cómo debemos hacerlo? Por partes: evalúa la programación y la unidad más la práctica docente. Veamos cómo.
¿Qué debemos autoevaluar?
Cuando evaluamos, medimos resultados. Por tanto, tenemos que establecer una serie de indicadores que sean medibles, ya sea con una escala numérica o con un simple sí/no. Por ejemplo, he presentado los objetivos de la unidad es medible, porque puedo responder con un sí o un no.
Por otro lado, debemos medir de forma precisa. Evita fórmulas como «aplico recursos adecuados», porque siempre surge la duda de adecuados a qué. Puedes solucionarlo añadiendo «al grupo de alumnos» después de adecuados. O incluso «a las necesidades del grupo» o «a los distintos ritmos de aprendizaje y motivación del alumnado». En cada caso será adecuado a un aspecto distinto, pero debes indicarlo.
Además, los indicadores deben ser relevantes. ¿Esto qué quiere decir? Que no vale evaluar cualquier cosa que se te pase de primeras por la cabeza. No te tomes este apartado a la ligera. Aprovéchalo para exprimir aún más tu propuesta y convencer al tribunal de que mereces la plaza. Aspectos como atender las necesidades de los alumnos, resolver sus dudas, motivarles o explicar bien la evaluación (entre muchas otras) son relevantes. En cambio otros como más del n% de la clase ha aprobado o si los contenidos son de interés para el alumno. En el primer caso porque tu evaluación no puede depender de otra evaluación. Tú evalúas el aprendizaje de tus alumnos, que será el que sea y eso se queda a un lado. Por otro lado evalúas lo que tú has hecho, que no depende de lo que hagan tus alumnos. Es decir, el aprendizaje de tus alumnos es externo a tu programación. En el segundo caso, los contenidos vienen dados por el currículo y son los que son. Sí podemos adaptar las actividades, los recursos, los ejemplos que ponemos, etc. para despertar el interés del alumnado. Por tanto, debes focalizarte en aquello que sea propio de tu propuesta.
En resumen, ten en cuenta que los indicadores que uses para evaluarte deben ser:
- Medibles
- Precisos
- Relevantes
¿Cómo autoevaluar la programación didáctica?
Lo más sencillo es crear una rúbrica con tus indicadores en una columna y al lado los niveles de logro, como por ejemplo una escala del 1 al 5 o un sí/no. Además, puedes añadir una columna de observaciones para añadir información relevante que te ayude a mejorar.
La autoevaluación de tu programación didáctica es única
No copies. Esto se aplica a toda la programación, pero por si acaso te lo repito: no copies. ¿Por qué? Porque la autoevaluación de otra programación evalúa aspectos de aquella programación. La tuya es distinta y, por tanto, debe evaluar aspectos distintos. ¿Habrá puntos comunes? Seguro. Pero un error en el que podemos caer es leer superficialmente una rúbrica de otra programación y como estamos cansados/as y queremos acabar ya el documento, copiamos tal cual, sin plantearnos si se adapta a nuestra propuesta o no.
Además, recuerda que tu programación didáctica para oposiciones debe ser única, así que no vale copiar. Si el tribunal detecta que tu propuesta es un plagio, total o parcialmente, da igual lo bien que lo hayas hecho, porque tendrás un 0. Y no queremos eso.
¿Qué indicadores podemos usar para evaluar la programación y la unidad didáctica?
Prueba a echarle un ojo a los criterios del tribunal. Suelen salir unos días antes del primer examen, así que búscalos, léelos detenidamente y mira qué puedes aprovechar de ahí. Por ejemplo:
Programación
- La programación incluye contenidos de carácter transversal.
- La programación presenta todos los contenidos del currículo, indicando cuáles son los básicos y su secuenciación.
- Se integran propuestas creativas y originales, utilizando las TIC.
- Se incluyen medidas de atención a la diversidad.
- Se determinan los criterios de evaluación (graduados y secuenciados) y de calificación, con una ponderación adecuada.
Unidad
- La unidad mantiene la coherencia con la programación didáctica.
- Se establecen objetivos de aprendizaje en función de los criterios de evaluación.
- Se aplican medidas de atención a la diversidad.
- Existen distintos tipos de actividades adaptadas a los diferentes ritmos de aprendizaje.
¿Cómo autoevaluar la práctica docente?
Muy fácil: de la misma manera. Puedes utilizar una misma rúbrica para todo o hacer dos distintas. Y esta rúbrica de la práctica docente puedes rellenarla tú o tus alumnos, o ambos.
El error en el que solemos caer es que hacemos una rúbrica a nuestra medida, así que te doy algunas ideas de lo que los alumnos consideran importante en un docente:
- Que haga las clases dinámicas y participativas.
- Que no se limite a leer la pantalla.
- Que sea majo/a y no borde.
- Que te entienda y te valore.
- Compromiso.
- Organización.
- Que valore y motive el esfuerzo de cada alumno/a.
- Que sepa explotar el potencial de cada uno/a.
- Que fomente la autoconfianza.
- Creatividad.
- Atención.
- Que se haga notar.
- Que sepa llegar a los alumnos.
¿Para qué sirve la autoevaluación de la programación y la práctica docente?
Como cualquier otra evaluación, nos permite medir el rendimiento, por tanto, la clave está en encontrar puntos fuertes para potenciarlos y puntos débiles para mejorarlos. Así que no lo veas como una amenaza ni falsees los resultados. Lo más normal es equivocarnos, no dar en el clavo a la primera, pero no pasa nada. Intenta prestar atención a aquellos detalles que ayudan a los alumnos a aprender. En este apartado lo que nos interesa es mejorar para encontrar la mejor manera de que los alumnos aprendan.
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