
Las competencias sociales y cívicas son las habilidades y capacidades que tiene la persona para formar parte de una sociedad. Para ello, debe conocer su funcionamiento y sus características, la estructura social, las normas sociales, los valores democráticos, etc. Ahora bien, no se trata solo de conocerlos, sino también de practicarlos. Por ello, esta competencia clave prepara al alumno para formar parte activa de la vida cívica.
Bienestar personal y colectivo
En primer lugar, supone procurarse un buen estado de salud física y mental. Por otro lado, deben conocerse y entenderse los códigos de conducta aceptados en distintas sociedad, para adaptarse a ellos y ser tolerante con otras culturas. Se concibe aquí también la globalización y la interculturalidad de las sociedades en España, Europa y todo el mundo. Con esa base, los alumnos desarrollarán habilidades y destrezas para comunicarse en diferentes entornos y situaciones, ser tolerantes, comprender distintos puntos de vista y saber dialogar desde la empatía. Todo esto favorece el desarrollo socioeconómico de las sociedades y promueve el bienestar social.
Pensamiento crítico
Se basa en el conocimiento crítico de los conceptos democracia, igualdad, justicia y derechos humanos y civiles, así como de la Constitución y de la Carta de Derechos Humanos de UE, entre otros. Incluye también una perspectiva histórica que permita entender pasado y presente de la comunidad en cuanto a fenómenos sociales y culturales como la migración. Esta competencia conlleva una reflexión crítica sobre el funcionamiento de la comunidad, una participación activa y un interés por resolver problemas en el ámbito escolar. Y, de esta forma, podemos combinar fácilmente las competencias sociales y cívicas con la competencia en comunicación lingüística.
Esta puede ser una de las competencias clave más fáciles de trabajar. Las actividades del día de La Paz son un ejemplo. También se desarrolla, casi inconscientemente, al convivir en el aula con alumnos inmigrantes o pertenecientes a otras culturas. Aun así, se pueden ofrecer otras opciones:
- Excursiones al Congreso o al Parlamento.
- Actividades sobre los derechos humanos en los países en guerra.
- Causas y consecuencias de los movimientos migratorias, estudiándolo desde diferentes perspectivas: económica, social, cultural; la de los países de origen, la de los países de destino y la de los propio migrantes.
- Hábitos saludables para mantener el equilibrio cuerpo-mente. Fomentar la actividad física y una dieta equilibrada, hablando también de los riesgos de sustancias tóxicas como el alcohol y otras drogas.
En resumen, lo que queremos es realizar actividades que mejoren la empatía, la tolerancia, el diálogo y una participación activa y adecuada dentro de la sociedad.
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