7 actividades para desarrollar la competencia aprender a aprender

cómo trabajar la competencia aprender a aprender en clase

Anabel Moreno

¿Qué tal? Mi nombre es Anabel y soy la fundadora de Vírgula. También soy profe de FP y estoy aquí para ayudarte con tu programación didáctica :).
6 Abr, 2021
aprender a aprender en la programación didáctica

La competencia aprender a aprender es la habilidad de iniciar, organizar y persistir en el aprendizaje. Al desarrollar esta competencia, enseñamos a los alumnos a aprender de una manera cada vez más autónoma, porque el objetivo final es el famoso longlife learning o aprendizaje a lo largo de toda la vida.

Cómo trabajar la competencia aprender a aprender en el aula

Esta competencia clave tiene varias dimensiones desde las que debemos desarrollarla. En primer lugar, tenemos que prestar atención a la motivación que se despierta en el alumno para aprender. Muchas veces, esta motivación es fruto de la curiosidad y de un rol protagonista del alumno, por lo que las metodologías activas potenciarán la competencia aprender a aprender.

En segundo lugar, hemos de desarrollar los procesos mentales relacionados con el aprendizaje: 1) qué sé y qué desconozco, 2) cómo aprendo, 3) cómo afrontar las tareas. Esto desemboca en estrategias con las que planificar el aprendizaje, supervisarlo y, finalmente, evaluarlo (¿te suena?).

Por supuesto, una última dimensión de la competencia aprender a aprender es el trabajo en equipo. No solo importa cómo aprendo yo, sino que también puedo aprender de cómo aprenden otros y juntos podemos desarrollar estrategias para mejorar.

Por tanto, veamos qué actividades podemos realizar en el aula para fomentar la competencia aprender a aprender:

Motivación

Para motivar a nuestros alumnos, debemos crearles una necesidad que les empuje a la acción. Para cumplir con las características de la competencia aprender a aprender, esa acción debe colocarles en el centro del proceso de enseñanza-aprendizaje. Veamos algunos ejemplos:

  • Preguntas o hipótesis como punto de partida: ¿qué pasaría si mezclamos agua y aceite? Los alumnos, que desconoces el resultado de esa pregunta, se ven empujados a actuar para descubrir qué pasa cuando mezclan agua y aceite. Con esto, 1) despertamos su curiosidad, 2) fomentamos la experimentación y 3) ellos son los protagonistas.
  • Retos: se trata de realizar actividades en las que, antes de actuar, muestres a tus alumnos el resultado final al que deben llegar. Esto supone un reto para ellos con el que, explícita o implícitamente, estamos diciéndoles «a ver si eres capaz de hacer esto».

Planificar, supervisar y evaluar el aprendizaje

En esta dimensión trabajamos la organización dentro del aprendizaje y, puesto que la programación didáctica es un documento donde organizamos el proceso de enseñanza-aprendizaje, hay una actividad muy sencilla que podemos hacer cada día:

  • Organiza el aprendizaje de cada clase compartiendo con tus alumnos los objetivos didácticos, las actividades planificadas y el proceso de evaluación. Por ejemplo, puedes proponer el objetivo de aprender la tabla del 2. Durante la clase explicarás a tus alumnos esa tabla y realizaréis actividades. Para terminar, corregiréis esos ejercicios, viendo qué cuentas están bien, cuáles mal y por qué. Si trabajas esto todos los días, crearás un hábito en tus alumnos de manera inconsciente con el que serán capaces de planificar, supervisar y evaluar sus aprendizajes futuros.
  • Estudios de caso. El alumno deberá entender y contextualizar el caso dado para, posteriormente, planificar la búsqueda de información, su gestión y redacción (CCL), y terminar autoevaluando su trabajo antes de entregarlo. Esto lo puedes fomentar entregando a tus alumnos la rúbrica con la que calificarás el trabajo. Si saben qué aspectos vas a tener en cuenta, podrán analizar su resultado final y evaluarlo para ajustarlo a lo pedido.
  • Problemas. Ya sea individualmente o en grupos, plantea problemas reales que deban superar. Deberán reflexionar sobre lo que saben y lo que necesitan aprender. Según vayan avanzando en la solución, deberán supervisar el trabajo para ver si realmente su solución funciona (prueba-error). Finalmente, podrán evaluar su aprendizaje, ya sea de manera autónoma o conjunta con el grupo-clase. Eso sí, en todo momento debes guiarles y apoyarles.

Trabajo cooperativo

El trabajo cooperativo en grupos permite desarrollar la competencia aprender a aprender, pues somos conscientes de cómo aprendemos nosotros, cómo aprenden otros y cómo aprendemos juntos. Algunas actividades con las que fomentar esta dimensión son:

  • Proyectos. Son el plato fuerte del proceso de enseñanza-aprendizaje, ya que ponen al alumno en el centro, lo motivan, se apoya en metodologías activas y permite desarrollar varias (incluso todas) las competencias clave a la vez. Lo bueno que tienen los proyectos es que te permiten trabajar algo que no hemos visto hasta ahora: los tiempos. Es importante que los alumnos se adapten a unos tiempos y entreguen sus trabajos en una fecha concreta. Por eso puedes plantear proyectos complejos con varias metas que los alumnos alcancen sucesivamente. Cada entrega tendrá una evaluación parcial, de manera que, una vez más, puedan supervisar su aprendizaje. Los proyectos suelen culminar con la exposición oral, el momento ideal para hacer una evaluación por pares. Aprovecha para incluir en el proyecto diferentes actividades que permitan el desarrollo de varias competencias a la vez que alcanzas objetivos y trabajan los contenidos de la(s) unidad(es). Y no permitas que dentro del grupo haya unos que trabajen mucho y otros que no hagan nada. Propón actividades individuales y grupales, en paralelo, de manera que haya actividades grupales que dependan de las individuales. Plantea también objetivos individuales, de manera que dentro de un mismo grupo, puedas premiar a los que se esfuerzan más.
  • SCRUM. Con esta metodología procedente del mundo empresarial, partimos de unos requisitos planteados por el profesor (o, en su caso, el cliente). De acuerdo a esos requisitos, planteamos unos objetivos por áreas, por lo que, además, haremos grupos; cada grupo se encargará de un área. Pondremos esos objetivos en la pizarra, en la pared o en un archivo digital, donde puedan permanecer durante el tiempo que dure la actividad. A medida que vayamos avanzando, iremos marcando el grado de consecución de cada objetivo. Igual que antes, es importante marcas fechas límite para acostumbrarnos a trabajar de acuerdo a unos tiempos dados. También haremos depender unos objetivos de otros, para que haya cooperación tanto dentro de los grupos como entre los propios grupos. Una vez que tengamos todos los objetivos completos, llegaremos al resultado final y lo presentaremos. Además de la competencia aprender a aprender estamos desarrollando la comunicación lingüística, el sentido de la iniciativa, el espíritu emprendedor, la competencia social y cívica, e incluso, según como lo plantees, la competencia matemática y en ciencia y tecnología, la competencia digital y la conciencia y expresiones culturales. Es decir, todas las competencias clave, además de varios objetivos de etapa. No está mal, ¿verdad?

Descarga la infografía con actividades para desarrollar la competencia aprender a aprender (AA)

ejemplos de la competencia aprender a aprender para aplicar en el aula

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