Enseñar no siempre implica aprender, y aprender no es siempre el resultado de una enseñanza. Ahora bien, en la educación formal estos dos términos están íntimamente ligados, ya que, para garantizar una enseñanza de calidad, enseñar sí debe suponer aprender.
Sin embargo, el aprendizaje está en manos del alumno y el profesor no puede adquirir los conocimientos por él. Lo que sí podemos hacer es entender cómo aprendemos para adaptar nuestras metodologías y favorecer un aprendizaje eficaz. En esta entrada veremos qué nos dice la Psicología sobre la forma que tenemos de aprender, cómo trabaja nuestro cerebro para procesar la información y cómo podemos llevar la teoría a la práctica del aula.
Teorías del aprendizaje
Adentrarnos en las teorías del aprendizaje no solo nos ayuda a facilitar el aprendizaje a otros, sino también a nosotros mismos, ya sea con un idioma, como el inglés. por ejemplo, oposiciones.y exámenes o la adquisición de nuevas habilidades. Conociendo nuestra forma de aprender y aquellos aspectos que nos facilitan el camino, será más sencillo optimizar nuestra didáctica.
Introducción a las teorías del aprendizaje
Aunque existen muchos planteamientos y autores dentro de la Psicología del Aprendizaje, encontramos ideas comunes:
- Los educandos progresan por etapas según su nivel de procesamiento de la información, su capacidad de resolver problemas o sus estructuras de conocimiento. Por ello, el sistema educativo establece una clasificación por cursos y niveles. También por esto no enseñamos a integrar a alumnos que no tienen capacidad de abstracción.
- Una presentación del contenido organizada y secuenciada en pequeños pasos mejorará el aprendizaje. De ahí la relevancia de las unidades didácticas, la secuenciación del contenido y las actividades.
- La motivación determina el valor que el alumno confiere al aprendizaje, así como sus expectativas, habilidades y esfuerzo. Aquí también podríamos mencionar el efecto Pigmalión.
Conductismo vs. cognitivismo
Ya sabemos que distintas teorías se apoyan en algunas ideas similares. Ahora bien, ¿cuáles son las diferencias?
Para el Conductismo el aprendizaje se traduce en un cambio en la conducta debido a la asociación de estímulo-respuesta, con el apoyo de un refuerzo positivo o negativo. Es un fenómeno observable.
Por otro lado, para el Cognitivismo el aprendizaje es un fenómeno mental interno que surge de lo que la gente dice y hace. Esa información es captada por los sentidos y procesada en la mente para generar un aprendizaje significativo. Por consiguiente, no es un fenómeno observable.
Aportaciones del conductismo y el cognitivismo a la educación
A continuación, vamos a ir analizando en paralelo sus aplicacionesen el aula. Es importante saber que estas dos teorías no son excluyentes, sino que se pueden aplicar a diferentes tipos de aprendizajes.
El alumno
Conductismo: El historial de reforzamiento y el estadio de desarrollo del sujeto determinan su aprendizaje. Esto es, cómo ha sido reforzado el alumno en el pasado –positiva o negativamente– en la realización de tareas similares, y qué es lo que puede hacer según su nivel de desarrollo. Siempre hay que conocer al alumno, entender su forma de aprendizaje y adaptar el currículo a sus circunstancias si fuera necesario.
Cognitivismo: Como decíamos al principio, la instrucción no garantiza el aprendizaje. El modo en que los alumnos procesan la información determina qué, cómo y cuándo aprenden, así como el uso que le dan a ese aprendizaje. Y en dicho procesamiento, además, entran en juego factores sociales y culturales como las creencias, los valores o las actitudes. Es decir, si tratamos de enseñar algo que contradice el sistema de creencias del alumno, lo más probable es que este se mantenga fiel a sus pensamientos y no se produzca el cambio de conducta que indica que ha habido un aprendizaje. En cambio, si acercamos el contenido a su contexto, facilitaremos el aprendizaje significativo.
Memoria
Conductismo: Entiende la memoria como conexiones nerviosas que asocian estímulo-respuesta, pero no diferencia entre aprendizaje y memoria.
Cognitivismo: Se apoya en las teorías del procesamiento de la información para indicar que, una vez que el conocimiento está organizado y es significativo, se almacena en la memoria (como si fuera una biblioteca con estanterías que van llenando de información. Si habéis visto Del revés, podéis entenderlo perfectamente). La recuperación de la información depende de la activación de ciertas estructuras mentales a través de las claves adecuadas. El olvido se produce cuando la clave no es la idónea para recuperar lo que buscamos. Quizás pueda parecer algo complejo, pero con un ejemplo lo entenderemos mejor: si activamos la clave “siglo XIX”, recordamos el Romanticismo en Literatura. De ahí, vamos a las características del movimiento literario y, acto seguido, recordamos obras y autores.
En este punto, cabe destacar que nuestro cerebro trabaja de forma asociativa, es decir, relaciona unas informaciones con otras, trazando un camino entre ellas, y es la memoria la que posibilita ese camino. Además. piensa antes en imágenes que en palabras. ¿Esto qué quiere decir? Que podemos usar esquemas o mapas mentales que asocien las ideas para y podamos recordarlas más fácilmente.
Motivación
Conductismo: La motivación depende del historial de reforzamiento y de la eficacia del refuerzo en el presente. Cuando un alumno encuentra una recompensa por el trabajo bien hecho, ganará motivación para seguir así. En cambio, imaginemos un alumno que por un día, olvida hacer los deberes y le cae una reprimenda, a pesar de haberlos hecho todos los demás días sin recibir una palmadita en la espalda. Se podrá plantear qué le compensa más, si invertir tiempo en hacer las tareas o dedicarlo a actividades cosas que le motiven más.
Cognitivismo: A mayor motivación, mayor atención se presta al proceso de instrucción. Esto facilita el aprendizaje. Resumiendo el proceso de aprendizaje: la atención actúa como filtro con los estímulos que llegan continuamente a nuestros sentidos, escogiendo aquellos que considera más relevantes. Los seleccionados llegan a la memoria a corto plazo o memoria de trabajo, donde son procesados. El resto se desechan y son reemplazados por otros estímulos sensoriales. Dependiendo de cuánto y cómo trabajemos esos estímulos, se fijarán en la memoria a largo plazo o no. En este proceso, la motivación aumenta la capacidad de trabajo y facilita la retención de la información.
Transferencia aplicación de lo aprendido a otros contextos
Conductismo: La trasferencia depende de que existan estímulos similares entre situaciones distintas.
Cognitivismo: Al igual que se adquieren los conocimientos, también se almacenan en la memoria los usos de los mismos, para luego poder rescatarlos y aplicarlos.
Un ejemplo claro se da cuando aprendemos a conducir. Lo hacemos en un coche específico, sin embargo, una vez que ya sabemos conducir, somos capaces de hacerlo en cualquier coche. ¿Por qué? Según los conductistas, porque tenemos estímulos similares: un volante, unos pedales y una palanca de cambio. Según los cognitivistas, porque una vez que sabemos cómo usar cada uno de los elementos, sabemos usar cualquier volante, cualquier pedal y cualquier palanca de cambio.
Autorregulación del aprendizaje en la persecución de objetivos
Conductismo: Se trata de un proceso en el que se establecen los estímulos adecuados que permitan obtener las respuestas necesarias para alcanzar una meta propuesta. Puede ser que a algunas personas les resulte más fácil procesar la información si escuchan música clásica mientras estudian. Entonces, buscarán el estímulo de la música clásica para obtener la respuesta adecuada que les lleve a hacer mejor un examen.
Cognitivismo: Es fundamental la posibilidad de elegir, por ejemplo, entre métodos para aprender, estrategias o contextos. De igual manera, consideran relevante la atención, la repetición o las creencias sobre el valor del aprendizaje y los resultados que se obtendrán. La autorregulación es un proceso autónomo que requiere un grado de independencia para poder elegir. Si las variables del aprendizaje vienen siempre predispuestas y el alumno no puede tomar decisiones, no hay autorregulación. Con este método, además de asimilar el contenido que se les exige, aprenden a gestionar su trabajo y sus responsabilidades.
Resumen
Las teorías conductuales son aplicables para aprendizajes sencillos basados en asociación de ideas, mientras las teorías cognitivistas son útiles para aprendizajes más complejos.
¿Qué técnicas metodológicas podemos aplicar a nuestra programación de aula?
Según el modelo conductual
- Establecer un contexto con los estímulos adecuados para provocar las respuestas deseadas que vayan moldeando la conducta del alumno.
- Repasar para que los conocimientos no caigan en el olvido.
- Señalar los elementos comunes entre dos situaciones para facilitar la transferencia.
Según el modelo cognitivo
- Fomentar un adecuado procesamiento de la información para lograr un aprendizaje significativo.
- Presentar los materiales de forma que los alumnos puedan organizarlos, relacionarlos con lo que ya saben y recordarlos a largo plazo. Con esto fomentamos, ademas, un aprendizaje constructivista.
- Tener presente que los intereses y valores del alumno, las comparaciones sociales o la proposición de metas son factores que aumentan la motivación.
- Facilitar la transferencia mediante el uso del conocimiento en diferentes contextos.
Como toda teoría, está lejos de la práctica del día a día en clase, sin embargo, tratamos de tender un puente entre teoría y práctica para buscar formas de lograr un aprendizaje significativo. Porque, al fin y al cabo, la tarea del profesor es ayudar a los alumnos a aprender. Pero sobre todo, puedes añadir algunas de estas ideas a las actividades de tu programación y diseñar actividades basadas en la resolución de problemas y proyectos, así como relacionarlas con las competencias básicas para añadir valor a tu metodología.